30 mayo 2007

Ana y los imbéciles

No le dieron la chance de pelear para vivir o, al menos, mejorar su forma de morir. Su historia muestra los efectos de la desigualdad y el avasallamiento de derechos fundamentales: ser mujer y pobre fue una combinación fatal. “Todos los días le lloraba, le pedía, le rogaba al director del hospital para que salve a mi hija. Nadie nos hacía caso”, dijo Norma Cuevas, durante el velorio de su hija en la sala de Cáritas en la localidad de Vera.

Como murió, ahora sé que se llamaba Ana Acevedo. Y es que los pobres tienen nombre y apellido sólo después que mueren. Con suerte.

Hace poco me indigné cuando leí que no habían querido hacerle un aborto para poder ser tratada del cáncer. Durante cinco meses llevó adelante ese embarazo contra su voluntad y sumida en el dolor de su enfermedad no atendida. El bebé nació con 450 gramos y vivió sólo un día.

Ana murió el jueves 17, a los 20 años, con dolores insoportables. Sin un aborto a tiempo que le hubiera permitido vivir, sin tratamiento, abandonada por el Estado pero sobre todo por los médicos que, tal como lo expresó Paula Condrac, de la Multisectorial de Mujeres, “priorizaron sus convicciones religiosas antes que el Código Penal”.

Vale la pena leerse la historia completa, aunque sea para ahogarse en la bronca.


Pero también vale la pena porque el lunes 28 se presentó en el Congreso de la Nación el Proyecto de Ley de la Campaña por el Derecho al Aborto.

El proyecto dice en sus dos primeros artículos

"Art. 1º: Toda mujer tiene derecho a decidir la interrupción voluntaria de su embarazo durante las primeras doce semanas del proceso gestacional.
Art. 2º: Toda mujer tiene derecho a acceder a la realización de la práctica del aborto en los servicios del sistema de salud, en las condiciones que determina la presente ley".

En forma simultánea y en distintas ciudades de todo el país, se llevarán a cabo actividades que llamarán a los ciudadanos a ser partícipes de este gran movimiento que promueve la legalización del aborto.

La campaña la apoyan diversas personalidades, algunas muy admiradas por mí y con las que me alegra compartir al menos este ideal, como Julio Bocca y Adrián Paenza.

No dejemos que una vez más ganen los irracionales y los autoritarios. La despenalización del aborto en Argentina no puede demorar más.


Actualización (5/6/07) : el director del Hospital donde se abandonó la salud de Ana, echado por negar un derecho (en Página/12)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Escribí mi primer post en Bloxito el 8 de diciembre de 2005. Se llamó "El derecho a vivir cuando la vida está en peligro". Me indignaba (y aún me indigna, claro) la tradición de estas pobres naciones subdesarrolladas recostadas a la sobra de la cruz y la espada que pertinazmente se resisten a encarar planes que incluyan el aborto como ítem a discutir en las políticas de salud reproductiva.

En todo el triángulo sur de América la impronta católica es actual y vigente, el pecado persigue a los fieles y nos pone en riesgo a todos.

Poesía como un arma dijo...

Uno se pregunta, y sabe en parte la respuesta, por qué la clerecía no se abocará con similar ahínco en una cruzada tan fiera como la que emprenden contra el derecho de decidir sobre el propio cuerpo, en cambio, a intentar hacer algo por los 10.000.000 de niños menores de cinco años que mueren en el mundo cada año por causas evitables según la OMS, o por los 220.000.000 niños que trabajan en el mundo, según Unicef.
Hay otras prioridades para las señoras gordas que anrazan los rosarios, y sus maridos, prósperos empresarios, profesionales o militares de academia: evitar la muerte del niño por nacer, un aserto tan absurdo desde la formulación lógica como desde la humana sensibilidad en este mundo con niños muertos de verdad, y no hipotéticos.
Un saludo.

juan

Profesor Portillo dijo...

Lo peor es que esto no se cura ...

En otros países que presumen de cultos, liberales y progresistas, se está aún a medias. Alguno acaba de redactar legislación, otros, con legislación ya antigua, tienen grupos sociales opuestos al aborto que sacan periódicamente a la calle a sus adeptos para protestar contra el aborto (y, a veces, para emocionar a la población, sacan a paseo a niños con discapacidades psíquicas con carteles que piden que no los maten...), otros tienen aún conflictos ocasionales frente a las clínicas que practican abortos...

Nat dijo...

Malambo, Juan, Profesor :

Gracias a los tres.
Está claro que acordamos en todo. Sólo nos resta unir fuerzas (las que sean, generalmente suelo pensar que si no salgo a la calle con una pancarta a gritarlo, no hago mucho, pero no, hay decenas de maneras), para ganarles la pulseada a los autoritarios.

Me gustaría agregar un párrafo de Adrian Paenza que extraigo de un archivo con testimonios de las muchas personalidades que están adhiriendo a la campaña, y que me pareció firme y clarito, como debe ser el reclamo.

“Nuestro país sigue en deuda. En deuda con sus habitantes. En deuda porque tolera situaciones de miseria y de hambre de sus pobladores. En deuda porque no protege su salud. La Argentina es un país al que aun 'le duele la deuda interna', la que incluye el respeto a los derechos humanos básicos. Son muchos los que se violan día tras día, aun los más esenciales: el derecho a la salud, a la educación, a tener una vivienda digna y a acceder a un trabajo productivo. Pero el derecho a la salud, no se termina hoy SOLO garantizando que todos los seres humanos tengamos el mismo acceso a 'curarnos'. No. Hace falta que la sociedad le reconozca a cada mujer el derecho a decidir sobre su vida, que incluye en particular, por decidir si tiene voluntad de 'generar nuevas vidas o no'. En ese marco de respeto, es que adhiero firmemente al proyecto de legalización del aborto. No solo eso: me parece vital que sea el propio Estado el que GARANTICE que las condiciones en las que se lleve a cabo sean las optimas para TODAS las mujeres, y por ultimo, pero no menos importante, que sea el propio ESTADO, una vez más, quien GARANTICE la GRATUIDAD del procedimiento".
Adrián Paenza (matemático, profesor UBA, relator deportivo)

Anónimo dijo...

No hay comentario por mi parte. Creo que el post lo dice todo.

Sólo me queda enlazarlo en mi correo, para que lo lea todo el que tenga sangre en las venas... y algo de masa gris en el cerebro.

debolsillo dijo...

Sólo decir ¡Qué rabia siento!

LEIDY NATALY dijo...

a mi tambien me parece que las naciones subdesarrolladas dicen serlo solo por aparentar