17 marzo 2009

Golpes en los oídos

Esto es lo que pasa:

A las 5 de la madrugada todas despertaron: el ex de Ana había vuelto. Carolina abrió los ojos y lo primero que vio fue como el hombre golpeaba a su amiga en los oídos con ambas manos, en un especie de aplauso furioso y directo al cerebro. Cada vez que Noelia intentaba frenarlo, también ligaba un golpe. Carolina decidió que lo mejor era llamar al 911. Los gritos habían despertado a los vecinos del edificio, pero ninguno salió a ayudarlas.

Cuando llegaron los policías de la Comisaría 4ta el agresor se había ido. Ana y Noelia lloraban. Carolina –la única que estaba ilesa- les pidió que llamaran al SAME. Uno de los policías lo hizo, pero a su modo. “Aquí –moduló por radio-tenemos a dos mujeres con un ataque de nervios”. Carolina intentó explicarle que no, que no eran nervios, sino que habían sido víctimas de violencia. “Da igual”, contestó el agente con gesto de fastidio.


Seguir leyendo en No contesta.


A tono con lo dicho en las últimas entradas. Y no, no es que quiera volver monotemático a este blog. Lo que intento decir es que si es difícil para mujeres profesionales y conocedoras de sus derechos, como dice Sebastián Hacher, que tanto más imposible y lejano será para aquellas con pocos recursos y escasa información salir de estos círculos violentos...
Peregrinajes para denunciar y el sometimiento a explicar, contar, argumentar una y otra vez, como si no fueran víctimas, como si ellas realmente hubieran hecho algo para merecerlo.
El cansancio, la desolación, la soledad, la pérdida. La desesperación, los hijos y seguir, seguir. Y el cansancio. En que punto de la historia de la humanidad cambiarán las cosas. En que habrán cambiado realmente. ¿Cambiaron?

2 comentarios:

Senior Citizen dijo...

Los gritos habían despertado a los vecinos del edificio, pero ninguno salió a ayudarlas.

Que contraste con esto. Y que orgullo de que este hombre sea paisano mío...

Nat dijo...

Y que vergüenza para todas la actitud de una mujer agredida que justifica y defiende a su maltratador... (no debí haber seguido los enlaces de la noticia hacia atrás, Senior, debí quedarme con la actitud ejemplar de Neira, tu paisano).