17 agosto 2005

Miguel


Hoy, 17 de agosto, en Argentina se conmemora el 155 aniversario del fallecimiento de José de San Martín, el padre de la Patria. Eso es lo que de chicos nos enseñó la escuela.
Pero la escuela, al menos la escuela por la que pasó quien escribe estas líneas, desde fines de los ’70 hasta mediados del ’80, nunca nos contó que en nuestro país había desaparecidos. Ni siquiera cuando la democracia otra vez amanecía, a partir de 1983, supimos a través de los negros pizarrones lo que había pasado, sino más bien desde nuestras casas, cuando las familias tenían la buena idea de hablar del tema.
Pero allí estaba el testimonio de los que luchaban por hacer justicia, y al crecer, fue suficiente escucharlos. La dictadura militar había dejado un cruel tendal de 30.000 desaparecidos. 30.000 compañeros cuyos huesos aparecen hoy, desde el mar, desde las fosas comunes, a recordarnos lo que fue nuestro país.
Pero Miguel Bru desapareció en democracia. Era estudiante de periodismo y había presentado una denuncia contra la policía de la Comisaría 9na de La Plata por allanamiento ilegal y abuso de autoridad. El 17 de agosto de 1993, hace hoy doce años, fue detenido ilegalmente y torturado hasta morir en esa comisaría. Sus restos jamás fueron encontrados. Por el crimen fueron condenados a cadena perpetua los policías Justo Lopez y Walter Abrigo, dos de los culpables de las torturas y el asesinato, pero todavía hay dieciocho policías de la Comisaría Novena que la noche de la desaparición de Miguel no pudieron sino escuchar los tormentos que estaba sufriendo Miguel, y que nunca hablaron.
Las torturas en comisarías y cárceles continúan aun hoy. En la provincia de Buenos Aires, y también en otras provincias del país. La mayor parte de las veces, los policías son impunes.
Es el legado de un país que no dejó de ser, entre los huesos que el mar deja en la playa, y los gritos silenciosos de quienes apenas ayer, todavía hoy, son torturados, desaparecidos, callados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No solo pasa en Argentina, compañera de Red Progresista, desgraciadamente en todos sitios parece impune la policía.

A ver que pasa en Inglaterra con el caso del brasileño asesinado por Scotland Yard, o aquí, en España con el caso de Roquetas de Mar, en el que una panda de Guardias Civiles asesinaron de una paliza a un supuesto sospechoso de vete a saber qué...

Con la excusa de ser guardianes de la ley...

saludos desde este lado del charco!